CAMINAR SOBRE LA TIERRA

El milagro no consiste en caminar sobre el agua o sobre el fuego. El milagro consiste en caminar sobre la Tierra”.

Esta reflexión de Linji, el monje budista que fundó la escuela Rinzai, de budismo Zen, en el siglo IX, siempre me ha inspirado. Y no puede estar más de actualidad.

Caminar sobre la Tierra significa estar presente aquí y ahora, a nuestro cuerpo, que es nuestra primera naturaleza. A nuestras sensaciones y emociones. Que son nuestra esencia. A esa vida que bulle dentro y fuera de nosotras.
El milagro es no querer estar en otra parte. No volar con la imaginación a paraísos lejanos, sin tan siquiera darnos cuenta. Que nada nos saque de esta respiración. De este contacto. De estos fluidos y de este peso y esta gravedad que somos.

Tal vez hoy, más que nunca, caminar sobre la Tierra es un milagro. Porque vivimos encerradas en nuestras cabezas. En esa parte minúscula de nuestro cerebro que se llama cortex prefrontal. Con la respiración alta y superficial. Pendientes de una interminable lista de tareas. De unos objetivos que, muchas veces, no nos dejan percibir las oportunidades que se presentan. Agobiadas por las prisas. Prisioneras del ritmo frenético de las máquinas, del antes y el después. Con la sensación de siempre llegar tarde…

Qué distinta es la vida cuando somos capaces de, simplemente, respirar desde lo más profundo del vientre. Contemplar una nube por la ventana y sentir que nos expandimos con ella. Contactar con las plantas de los pies en el suelo (yo lo llamo “plantar tus plantas”). Y percibir el roce de la ropa sobre la piel.
Gestos sencillos, sensaciones orgánicas que nos llevan a una presencia más vital, más humana. Que nos traen al cuerpo, al momento y el lugar exactos donde nos encontramos.

El milagro de caminar sobre la Tierra nos devuelve a la esfera de la vida, esa esfera a la que nunca hemos dejado de pertenecer. Nos pone en relación continua y afectiva con todo lo que nos rodea.
Y lo maravilloso es que, algunas veces, hasta se hace realidad. Porque está a la altura de nuestras capacidades. De esas posibilidades inexploradas. Lentas pero brillantes, que nos habitan.

¿Y tú? ¿cómo vives el milagro de caminar sobre la tierra?

Heike Freire

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One Comment

  1. Maravilhoso! Entre paredes, concreto, asfalto e os ponteiros do relógio, cada dia está ficando mais difícil vivenciar o milagre de caminhar na terra.
    Quando conseguimos, a vontade que dá é de não voltar mais. Se pudesse, criava raízes que percorreriam grandes extensões de terra, tal qual “O maio cajueiro do mundo” que se tornou uma atração turística aqui no Rio Grande do Norte, no nordeste do meu Brasil.

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